Dr. Cesar Augusto Angulo Camacho

El contenido y la naturaleza de las publicaciones científicas, permite utilizarlas como medios de información o de difusión para los servidores de salud, causando efectos de retroalimentación, cuando generan comentarios o manifestaciones complementarias sobre el material publicado, entre los lectores del artículo y de la revista biomédica. Es importante y necesario estar plenamente compenetrados del impacto que produce en el ámbito médico y la comunidad para médica, una publicación sobre aspectos manejados en un medio específico, constituyéndose en multiplicador de la información, orientación y de la difusión dentro el país, así como fuera de él.

Además del contenido, es importante el manejo de las citas de las “Referencias” de la bibliografía revisada, el análisis de ello podrá ser coincidente o contradictorio, haciendo ver que nuestro hallazgo u observación, es similar o diferente a lo publicado por otros autores, por esto es necesario precisar e identificar muy bien las referencias, pues ellas enriquecen la presentación y la calidad de cualquier publicación biomédica científica.

Queremos hacer un reconocimiento bien merecido a Dr. Jaime Ríos Dalenz y otros colegas, que con su dedicación y experiencia consiguieron mantener ese órgano de difusión médico científica, durante más de una década, realmente con excelente contenido científico, gremial y de carácter general. Exitosamente y con apoyo financiero de UNICEF, surge el órgano oficial de difusión científica del CMB, en 1982 como “Salud Boliviana”, que fue la expresión de la actividad científica y de los grandes esfuerzos desplegados por los autores.

En reiterados números de Salud Boliviana, destacan las editoriales, el trabajo silencioso pero firme de los Editores, que no se cansan de incentivar informando con lujo de detalles que las publicaciones de artículos, significa ganar puntaje en la calificación del curriculum vitae, o en la calificación del escalafón médicos y también finalmente en la Recertificación de especialistas. Aparentemente no es estímulo suficiente para escribir, por ello, mantener la edición de una revista biomédica de circulación nacional e internacional, no es fácil, ahora mucho más, si en los colegios departamentales y algunas sociedades científicas consiguen financiamiento para tener su propia producción científica. Por lo tanto reconocemos y felicitamos la acertada labor desempeñada por los colegas que en función de Editores sabían y exigían el cumplimiento de los requisitos internacionales de publicaciones.