La congestión nasal, también conocida como nariz congestionada o taponamiento nasal, es una condición en la que las fosas nasales se inflaman y acumulan moco, dificultando la respiración normal por la nariz. Esta congestión puede ser causada por diversas razones y suele ser un síntoma común de varias condiciones. Algunas de las causas más frecuentes incluyen:
Resfriado común: Los virus que causan resfriados pueden inflamar las membranas mucosas nasales.
Gripe (influenza): Al igual que con el resfriado común, la influenza puede causar congestión nasal como parte de sus síntomas.
Alergias: La exposición a alérgenos como polen, ácaros del polvo, moho, pelos de animales y otros puede desencadenar una respuesta inflamatoria en la nariz.
Sinusitis: La inflamación de los senos paranasales puede causar congestión nasal, dolor facial y otros síntomas.
Cambios climáticos: Las variaciones en la humedad y temperatura del aire.
Irritantes ambientales: La exposición a humo, contaminantes atmosféricos o productos químicos puede irritar las membranas nasales.
Desviación del tabique nasal: Una estructura anatómica desviada en la nariz puede dificultar el flujo de aire.
Infecciones sinusales: Las infecciones en los senos paranasales pueden causar inflamación y congestión.
En casos persistentes o cuando la congestión nasal está asociada con otros síntomas graves, es recomendable consultar a un profesional de la salud para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
