La carnosidad en el ojo, también conocida como pterigión, es una protuberancia carnosa y no cancerosa que se forma en la conjuntiva, la membrana delgada y transparente que cubre la esclerótica (la parte blanca del ojo) y la parte interna de los párpados.
Las causas exactas del pterigión no están completamente claras, pero se asocia comúnmente con la exposición crónica a la radiación ultravioleta del sol, el viento, el polvo y otros irritantes ambientales. Además, algunos factores de riesgo incluyen la predisposición genética y vivir en áreas con climas cálidos y secos.
Los síntomas de un pterigión pueden incluir:
En casos leves, los síntomas pueden aliviarse con lágrimas artificiales y otras medidas para proteger los ojos de la exposición a irritantes. Sin embargo, en casos más graves, especialmente si el pterigión afecta la visión o causa molestias significativas, puede ser necesario el tratamiento quirúrgico.
Si sospechas que tienes un pterigión o experimentas síntomas relacionados, es importante que consultes a un oftalmólogo para obtener un diagnóstico adecuado y discutir las opciones de tratamiento disponibles en tu caso específico.
Dra. Paola Zurita Ferrel – Oftalmóloga
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